Y un día Gutiérrez Sport Club volvió a cantar victoria. Fueron casi dos meses de sufrimiento (el único triunfo del Perro había sido ante Guaymallén por 2 a 1 en la 3era. fecha, el domingo 30 de setiembre). Fueron casi 60 días de incertidumbre y malos resultados, los cuales le costaron el puesto al “Huevo” Castro, más allá de su buen andar en la Copa Argentina.
Pero, “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Gutiérrez volvió al triunfo con autoridad y tras el silbatazo final de Miguel Farías, más que festejo por el triunfo, en calle Boedo se vivió un gran desahogo de jugadores, dirigentes e hinchas.
El Perro, bajo la batuta de Felipe Canedo, volvió al triunfo y demostró gran parte de su repertorio futbolístico. Nadie podrá negar la jerarquía que tiene el plantel Celeste. Sin embargo, por los resultados irregulares (acumulaba 6 empates, 3 derrotas y una victoria) el equipo estaba hundido en la zona de descenso directo. Pero, ante Pacífico volvió a cosechar tres puntos y tomó máximo valor el punto que había acumulado en Las Heras hace siete días.
En aquel partido el equipo había dejado una imagen muy pálida, sin argumentos y sólo inquietó a De la Riba en el último tramo del primer tiempo. Pero, ante el Lobo del Sur, el equipo revelación del torneo, Gutiérrez construyó su victoria desde lo actitudinal.
Y mucho tuvo que ver la mano del “Pitu” Canedo quien le volvió a dar la oportunidad a Mauricio Lobarbo de integrar el once titular y el ex jugador de Argentino se lució jugando como doble cinco junto a Camargo y Andrada, según el momento del partido. Más allá que el estilo de Canedo no difiere mucho al de Castro, Gutiérrez mostró otra cara.
Tiene más autoridad y convicción. Además, el juego que genera Ortiz y Arce es muy bien capitalizado por Matías Minich, quien volvió a mostrar su relación con el arco rival y con un tanto suyo hizo delirar a todo el pueblo Celeste.
El Perro neutralizó el ritmo del rival, le robó el balón y golpeó en el momento justo. Luego, se mostró sin fisuras en lo defensivo y aguantó el atropello de los de Buxó. Gutiérrez recuperó la sonrisa y como plus, abandonó la zona roja del descenso.
La felicidad del Pitu Canedo
Tras el silbatazo final de Miguel Farías fue el hombre más aplaudido por el público local. Es hombre que nació en la casa y tiene por historia y apellido una banca especial. Por esta razón, los directivos no dudaron en darle el equipo superior en forma interina hasta que termine esta primera rueda.
Restan dos fechas, pero Gutiérrez bajo el mando de Felipe Canedo está invicto, acumula dos juegos, con una victoria y un empate. Minutos después del triunfo, el “Pitu” afirmó: “Estamos muy felices. El equipo se merecía esta alegría. Considero que fuimos muy superiores a Pacífico, un gran equipo. Cuando asumimos les dije que teníamos cuatro finales. Ya jugamos dos y los resultados son positivos”.
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