Fue un papelón de principio a fin, corolario de una tarde para el olvido del colegiado puntano Juan Albelo, quien dejó pegar demasiado a todos.
El 1-1 final entre Montecaseros y Gutiérrez servirá para las estadísticas, pero nadie recordará este partido por su resultado, sino por la exaltación con que ambos equipos disputaron este choque. Daniel Pinea y Leonardo Romero (arquero suplente de Gutiérrez), unos segundos después, quisieron repetir la escena de pugilato, cuando todavía no se había reanudado el juego.
Obvio, también se fueron antes a las duchas. En medio, varios sensatos intentaban calmar a los más alterados, quienes parecieron no entender una de las grandes máximas del fútbol: “guapo es el que la pide, no el que pega patadas”.
El partido
En lo futbolístico, ambos regalaron un juego repleto de emociones. Sin llegar a ser bien jugado, la decisión con que jugaron el partido hizo que el juego se diera de ida y vuelta. En el complemento, decidido a buscar la igualdad, Scivoletto cambió el esquema y mandó más arriba a sus hombres.
Encima, Rodríguez se resintió de una lesión en su pierna y, aunque no podía caminar con normalidad, Bermegui no tenía arquero suplente en el banco. Así, entre algunas atajadas heroicas y remates que dieron en el palo, apareció Riquero para establecer la igualdad.
