Cuatro goles, tres expulsiones y un penal atajado arrojó como saldo el emotivo empate entre CEC y Gutiérrez. Ambos mandan en el torneo.
El Cele tuvo un arranque demoledor y por muy poquito no termina demolido en Villa Nueva.
En el amanecer del partido, cuando ninguno siquiera había insinuado algo serio, Rivero le sacaba provecho a una grosería compartida entre Márquez y Leguizamón (se molestaron en un centro intrascendente) y con un cabezazo ponía arriba a la visita a los 10 minutos.
No habían transcurrido 2 minutos de la apertura del marcador, cuando Leguizamón (tuvo una tarde para el olvido) se llevó puesto el pie de Alejandro Abba dentro del área y cometió un claro penal que Castro cambió por gol.
Fue la última aparición con riesgo del Cele por el área Comercial. Márquez, desde allí y hasta el final observó el partido casi como un plateísta más. Iba a ser todo del equipo de Gianformaggio, que avisó a los 27 minutos con un zapatazo de Javier González, que dio en el travesaño e iba a descontar dos minutos después por medio de un cabezazo de Pizarro, quien madrugó a Matioli y la puso lejos del alcance de Alves.
En el complemento llegaron las expulsiones de Fernando Abba y Matioli y se inclinó decididamente la cancha en favor del local, que finalmente encontró el empate en un zapatazo de Escudero, quien aprovechó un despeje corto de la defensa visitante.
A 7’ del final, Merlo manchó su arbitraje, que había sido impecable hasta allí. Vio una falta inexistente de Alejandro Abba sobre Galeassi y señaló el punto penal. El destino se encargó de impartir justicia y Alves le contuvo el disparo a Lucas González.
Sintió el golpe el CEC. También el tremendo desgaste físico que había realizado para empatarlo le comenzó a pasar factura. Ya la intensidad ofensiva no era la misma y se terminó aferrando a un punto que, como había empezado la historia, parecía una fortuna.
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