Fue una exhibición de Gutiérrez, que no tuvo piedad con Montecaseros y lo venció en el Este, donde ostentaba un invicto de un año y medio.
Le sobró pólvora. Gutiérrez terminó siendo demasiado rival para Montecaseros, que nunca le pudo hacer partido al Celeste y padeció la serie. Ni en la ida y, curiosamente, mucho menos en el juego de vuelta en su estadio, donde se había hecho imbatible y nunca había perdido ni un partido bajo el mando de Daniel Arias, el Lobo del Este le hizo siquiera sombra al conjunto de Gustavo Castro.
En el primer tiempo, los primeros 25 minutos fueron de estudio. Muy tensionado y luchado en el mediocampo. Montecaseros pretendía hacerse de la pelota pero le costaba mucho ante el oficio de Gutiérrez, que metió el partido en el freezer. Bien parado, el Cele nunca perdió el control del partido. Es un equipo que sabe lo que quiere dentro del campo de juego y lo lleva a cabo a la perfección. Dejó en claro que está para llegar lejos. Montecaseros nervioso, abrumado por el compromiso, nunca pudo ser protagonista.
Salvo un tiro libre de Fernández que con poco esfuerzo Videla mando al córner, no había pasado absolutamente nada en el encuentro. Hasta que en el minuto 40 lo bajaron a Ortiz por el sector derecho del ataque de Gutiérrez. Arce ejecutó el tiro libre con mucha rosca que cayó en el punto penal, allí Abba desvió la trayectoria del esférico con su hombro y estampó el 1-0. Parecía historia sentenciada.
Pero un yerro del árbitro Farías (tuvo un arbitraje pésimo) le devolvió la vida al local. El juez sancionó una falta inexistente de Páez sobre Aporta. Y para ponerle un moño a la grosería, Farías señaló el punto penal cuando la supuesta infracción se había producido fuera del área. Agradecido, Soto lo cambió por gol. Era 1-1.
Gutiérrez, en el complemento, lejos de amedrentarse por el empate salió con todo y liquidó la historia con el peso de sus individualidades, que cada día engranan mejor. Ya no es sólo el talento individual, sino el funcionamiento colectivo el que sobresale. Así se fueron sucediendo los goles de Minich, primero; estiró Pizarro para que luego aparezca otra vez Minich para sellar el 4-1 final. Goleada y boleto para el Cele, al que le sobró hilo en el carretel.