Fue una vez, otra y otra. Lo volvió a intentar por izquierda, chocó cuatro veces por derecha y finalmente tuvo su premio cuando el encuentro se moría. Se acaban las esperanzas “celestes”, sus delanteros estaban erráticos frente al arco y los corazones “celestes” sufrían sin piedad.
Sin embargo, sobre el final del complemento encontró su premio y en menos de un minuto le devolvió el alma a esos casi mil hinchas que dijeron presentes. Si hasta su DT, Gustavo Castro, debió ser hospitalizado tras el partido.
Gutiérrez dio esa prueba de carácter que se esperaba y, después de una primera etapa para el olvido, se llevó por delante a un rival que no mostró nada en toda la tarde.
Cómo habrá sido la diferencia futbolística entre ambos que los mendocinos ejecutaron 12 disparos al arco, en tanto que la visita lo hizo en apenas 2 ocasiones.
Encima, apeló a todo tipo de recursos para detener a un elenco mendocino que sacó a relucir sus argumentos cuando más hizo falta.
Durante el primer tiempo, aún cuando tuvo el balón, el “Perro” fue un equipo sin ideas. Movía el balón e intentaba por las bandas, pero no encontró la llave para romper la defensa y sufrió en el primer, y único, contragolpe de toda la tarde. Martínez se tomó todo el tiempo del mundo y habilitó a Páez, quien, de volea, le cambió el palo al arquero Videla.
Fue un baldazo de agua fría y las alarmas comenzaron a sonar fuerte en el estadio “celeste”. Es que hasta el momento no era bueno el partido del local y la defensa riojana rechazaba todo lo que le tiraban.
El ingreso de Real le dio otra cara al ataque mendocino y el conjunto del “Huevo” Castro se decidió a encerrar a un equipo sin ideas en su propio campo. Desde ahí y hasta el final, el conjunto local erró cinco claras ocasiones bajo el arco de Garay. Fueron tantos los hombres que ocuparon el área visitante, que en ocasiones costó entender lo que allí sucedía.
Así fue Gutiérrez. Chocó una vez, erró otra, se lamentó cinco y recuperó la vida en ese cabezazo de Minich y un remate preciso de Real, tras dos acciones personales del “Beto” Falcone. Fue el premio a un equipo que lo buscó toda la tarde.
Aunque el resultado no era el que muchos esperaban, el rendimiento de uno y otro invitan a soñar con una definición con festejo “celeste”. Claro, todavía resta jugar y puede pasar cualquier cosa, pero ayer, Gutiérrez, dio una muestra de carácter.
Castro fue hospitalizado tras el encuentro
Su cara a la salida del vestuario lo decía todo. Algo no andaba bien. “Estoy descompuesto”, fue lo primero que dijo Gustavo Castro al enfrentar los micrófonos.Luego de realizar algunas declaraciones, volvió al vestuario, donde se le colocó una inyección y finalmente se lo trasladó hasta un centro médico donde le dieron asistencia y fue dado de alta.
“Parece una gastroenteritis”, manifestaron en su entorno. Sin embargo, las declaraciones post partido dejaron en claro que los nervios pudieron jugar un rol especial en su situación.
“Se sufre mucho, esa es la verdad. No me quedo conforme con el resultado. En el entretiempo hablamos de lo mal que estábamos haciendo las cosas y en el segundo tiempo se vio el equipo que todos queríamos ver. Erramos muchísimos goles y podríamos haber logrado que la ida a La Rioja fuera más tranquila”, sintetizó.