Sin brillo, con más voluntad que fútbol, agónico y con la enorme complicidad de su contrincante, Gutiérrez derrotó a Argentino 2-1.
La Academia de San José tuvo todo para sentenciar el juego, ya que durante 70 minutos fue superior a su rival, generó varias situaciones de riesgo y los palos en dos oportunidades le negaron el segundo tanto de la tarde (se había puesto en ventaja con un golazo de Páez). Pero el agarrón infantil y grosero de Castellano a “Saviolita” Castro dentro del área, luego la expulsión por agredir a un rival sin sentido de Parra, tiraron por la borda el buen trabajo táctico empleado desde el minuto inicial.
El empate del Celeste llegó desde los 12 pasos, Martín Castro con mucha calidad le cambió el palo a Bielli. Después, con un hombre más y casi por inercia atropelló a la Academia. Cuando el reloj marcaba 48 minutos del complemento córner para el local. Centro al punto de penal, Bielli alcanzó a puñetear, hubo un desvío y desde 30 metros, el defensor Diego Pérez sacó un zapatazo de arrastrón que fue inatajable. Gol y locura Celeste, que se alejó de los puestos de promoción y sueña con el próximo Torneo del Interior.
Un final bochornoso
Pitazo final y los jugadores del Boli más el cuerpo técnico, presos de una crisis de nervios, desataron su bronca contra el árbitro, quien ignoró en el primer tiempo un claro penal a Andrade, que a la postre, tuvo incidencia en el resultado final.
Incidentes en los vestuarios
De manera increíble cuando Juan Pablo Videla, DT de del Boli, intentó dialogar con Romano en su vestuario (algunos jugadores seguían exaltado) apareció la Policía y arrojó gas pimienta dentro del camarín visitante. Fueron 10 minutos de descontrol.
Jugadores descompuestos, corridas, insultos y como si esto fuera poco, un pequeño grupo de simpatizantes locales, arrojaron piedras desde la tribuna y una impactó en el rostro de Cristian Maldonado. Lamentable.
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